El Puente Viejo

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EL PUENTE VIEJO:

Comentarios escritos en el año de las torres Gemelas por María Virginia Cruz, cuando sucedió ese atentado que conmocionó al mundo, que había continuado existiendo porque no se acabó el 2000, cuando anunciaron su fin.

“Estos días de fin de año del 2001, se dice que el puente que no da para más, que no resiste el tráfico que soporta, que para unirlo a la nueva carretera de la Costanera hay que rebajarlo, que eso no se puede hacer, que queda como paseo peatonal o ciclovía, etc. El alcalde de San Pedro de la Paz  reclama, con justa razón,  porque para una parte de los habitantes de su comuna es la vía natural. Creo que debería dejarse para ellos y para pasear. Además si en Florencia existe el Ponte Veccio, ¿por qué aquí no?

Fue construido hace 60 años. Se partió en dos,  con el terremoto de 1960,  y allí nació la amistad familiar de los Cruz Romero  con los De Mussy Uauy,  que al no poder viajar al Colegio de los Padres Franceses,  diariamente  como antes, vinieron como  pensionistas a casa por un tiempo:  Gilles, François y Antoine, compañeros de Carlos José, Domingo, Juan Enrique e Ignacio,  con lo que durante ese tiempo fueron 9 chiquillos en la casa, incluyendo a las dos Cruz: María Virginia y María  Teresa, sin recuerdos familiares de que hubiera sido molesto, todo lo contrario. Alicia, la mamá,  tenía resistencia y humor.

Gracias al terremoto, el puente se modernizó y pavimentó. Antes  era de madera, de tablones que permitían ver cómo el agua corría bajo él.  Bien lo supo el Puncho, cuando tenía 12 años en 1947, cuando un buen día, a escondidas de la Lola Bunster, su mamá, se fue de paseo,  en bicicleta, a la Laguna Chica de San Pedro, que en ese tiempo estaba rodeada de totoras; “Dios castiga, pero no a palos” nos decían en ese tiempo; y  así fue como el niño desobediente, veía las tablas crespas y  el agua entre las rendijas, era eterno; no sólo tenía que seguir tras sus amigos, sino que alguna vez, volver. Menos mal que después volvió y se casó con María Virginia que siempre recordaba  haberlo pasado en coche chicoteado, y ya más tarde, cuando el Carlos Cruz  había muerto y eran  pobres de solemnidad, haberlo cruzado caminando los  seis tras la madre, para ir de picnic a casa de don Horacio Parada de la Sota, el caballero jefe que Alicia tuvo en su primer trabajo cuando ya estaba sola.

¿Qué irá a pasar con él?”

Ahora, Fiestas Patrias del 2019, les puedo contar que pasó: el viejo puente del Bío Bío, con el terremoto del 2010,  quedó definitivamente  inutilizado. Parecía que se podía caminar sobre él, y sugerían hacer una especie de Ponte Vechio de Florencia, con pequeñas tienditas y cafés. Se resolvió que no era posible; se deconstruyó y quedó un puente mocho como el de Avignon, que se destruyó con una subida del Ródano en el 1620, quedando sólo cuatro arcos de sus veintidós construídos cuatro siglos antes y destruido varias veces.  El antiguo, sobre el río Bío-Bío quedó sólo como mirador del bello río que sigue corriendo lentamente hacia el mar, unos pocos kilómetros más allá, con tres puentes carreteros, uno ferroviario y otros absolutamente necesarios,  en planes.

 

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